Hombre Colombia
Sueño:
Vamos volando en un avión muy, muy alto. Estoy en un espacio relativamente amplío con mi hijo y mi hija, pequeños. Es de noche. Alguno de nosotros esta herido. Creo que soy yo. Pero no logro recordar en dónde es la herida, pero es como significativa. Tratamos de curarla moviendo una serie de varas y conexiones pero no lo logramos. Les advierto una y otra vez a mis hijos sobre el peligro de tocar los cables de alta tensión. Luego, en otro cuarto estamos escuchando que el avión está fallando. Es un ruido especial. Vemos que hay una posibilidad de repararlo y es bajando una palanca. Con gran tensión lo hago, pero vemos que el ruido continúa. Y sentimos que el avión se va a pique. Hay mucha confusión. Me abrazo a mis hijos sabiendo que es muy posible que muramos todos. Les digo cosas. Vemos por las ventanas que el avión va rosando las puntas de los árboles en medio de la noche y que ya se va a estrellar. Escucho el ruido del barrigazo. Cierro los ojos y siento el fuerte impacto. Y luego viene la felicidad de estar vivos los tres. Nos abrazamos y besamos. Nos falta mi esposa. Luego, es la salida del avión, pero somos ríos de gente. Nos conducen por senderos, puertas y escaleras. Voy descalzo y camino por encima de la infinidad de vidrios que ha dejado el accidente. Nos llevan a camas comunales y somos atendidos por enfermeras que no dan abasto. Sigue siendo de noche. Es una escena como de hospital de guerra, con gente acostada en camastros, también llenos de vidrios por todo lado. Me preocupo por mantenernos cerca. Pasa una enfermera y le pido que me atienda, pero ella está en el límite de sus fuerzas y se desgonza para descansar. Está agotada. Pasa otra enfermera y ella sí me atiende, quitándome todos los vidrios que puede. Al final veo que termina con una especie de navaja de afeitar, pero lo que ella hace es despellejarse su torso, pero sin sangrar y sin dolor. De pronto veo a mi esposa y la alegría de verla es enorme. La abrazo y la beso. Se ha logrado encontrar a casi toda la gente. Pero faltan algunas personas, y yo trato de rehacer mentalmente un espacio en forma de cuna, para guiar la búsqueda de ellas.
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